Esta es la etapa del
descubrimiento de sí mismos; es una oportunidad de alabar y agradecer a Dios
por lo que nos ha dado en nuestra misma persona, en nuestro cuerpo. La dinámica
sugerida en el libro lleva a los niños a reconocer en sí mismos los dones que Dios les ha
dado: sus manos, sus pies, sus ojos, su pelo, etc.
No olvides pedir a los niños
que vayan levantando sus manos, tocando sus pies, señalando las partes de su
cara o notando las diferencias en los tipos de cabello que tienen sus
compañeros. Todo esto les llevará a asombrarse por la grandeza con que hemos
sido creados y amados por Dios.
MATERIAL DE APOYO:
Dos siluetas del
cuerpo con elementos recortables para sobreponer en las siluetas: cara,
brazos, piernas, etc.
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